martes, 17 de junio de 2014

Comentarios sobre la rúbrica: "Evaluación de portfolio"

Luego de leer la rúbrica (que se puede encontrar en la siguiente dirección: http://rubistar.4teachers.org/index.php?screen=ShowRubric&rubric_id=2376758&) propuesta por nuestro tutor y con la cual seremos evaluados por nuestra producción en este curso sentí que me faltó tiempo para profundizar más en las distintas categorías a analizar.
Me habría gustado poder tener mayor contacto con mis compañeros de curso, poder leer profundamente todos sus blogs que, por lo que vi, son de una gran variedad y de un gran aporte a la experiencia docente.
También me habría gustado estar más presente en los foros de discusión y haber podido ayudar más a mis compañeros ante ciertas dificultades técnicas que se iban presentando.
Por falta de tiempo y otras obligaciones que debía cumplir, me vi forzada a limitarme al cumplimiento de las tareas obligatorias, de las cuales traté de sacar el mayor provecho que me fue posible.
La rúbrica planteada por nuestro tutor me parece muy clara y detallada, se especifica en cada caso las condiciones sobre el desempeño que se espera para cada alumno sobre todos y cada uno de los ítems que hemos ido desarrollando a lo largo del curso.
Tal vez me habría sentido más guiada si, al igual que en otros cursos brindados por CITEP que he tomado, el tutor nos hubiese hecho devoluciones de cada uno de los trabajos que fuimos realizando. No digo que no nos haya ayudado, pero me habría ayudado tener sus opiniones sobre mis posteos, más allá de recibir las de mis compañeros de curso.

La sensación que me queda ya finalizando este curso es que hay muchísimo por aprender y que está buenísimo…

Autoevaluación

El curso TICyE me resulta gratificante a la hora de leer textos de especialistas que plantean las mismas dudas que me surgen en mi práctica docente a la hora de evaluar a mis alumno . También me gusta sentirme reflejada en las experiencias que comparten mis colegas y compañeros de curso.

Sigue pareciéndome engorrosa la forma de plantear las actividades. A veces tengo la sensación de que hay que hacer varias veces lo mismo, o de que me falta completar alguna actividad o de que me olvidé de informarla al foro. Otra cosa que me desanimó bastante, es el hecho de tener material de lectura obligatorio con muy mala calidad de escaneo, sobre todo cuando estamos haciendo un curso sobre implementación de tecnología. Puedo sortear todos los inconvenientes, pero sería más llevadero si estos no estuvieran.
Las reflexiones me parecen adecuadas y las herramientas me interesan pero sigo viendo muy difícil la aplicación de las mismas en mi ámbito de trabajo en el CBC donde la estructura de cátedra, ya prefijada, y los inconvenientes institucionales, como la gran cantidad de alumnos por curso, los pocos docentes a cargo, las fechas límite para entrega de calificaciones; generan escollos difíciles de solucionar a corto plazo.

Me gusta lo mucho que he aprendido sobre el manejo de ciertas herramientas que ofrece la web 2.0 y que yo desconocía. Me entusiasma el uso de las TICs aunque creo que hay mucho más por aprender, por ensayar, por descubrir.


Veo factible la implementación de la herramienta de formularios brindada por Google Drives en un curso que estoy dando en nivel terciario donde la cantidad de alumnos es reducida. En esta institución se trabaja con una plataforma Moodle y los estudiantes están inscriptos en la carrera de Formación de Analistas de Sistemas de Informática.  Por su inclinación, espero que estas herramientas sean de su agrado.

Mi primera rúbrica

La sensación que tuve al construir mi primera rúbrica es que me parece una herramienta de fácil implementación para que los alumnos comprendan los aspectos que uno va a evaluar dentro de una actividad. Por el contrario, no veo que sea una herramienta de fácil acceso en cursos numerosos con muy pocos docentes a cargo (como el CBC) para que los docentes puedan evaluar a sus alumnos.
Por otro lado, no estoy tan segura de que esta herramienta sea muy útil a la hora de evaluar el desarrollo de un ejercicio matemático; es decir, creo que el análisis utilizando rúbricas sería más engorroso para este tipo de actividad.
El manejo de rubistar me pareció muy intuitivo pero me habría sentido más cómoda al evaluar un contenido extraído del programa de alguna de las materias que dicto. Me refiero a que para testear la herramienta, la elección del tema es correcta, pero para hacer un análisis correcto de la profundidad de los aspectos a ser evaluados, creo que me falta información. Igualmente, entiendo el planteo de la actividad y que deben ponerse temas en común para poder realizar comparaciones entre los compañeros de curso.

Mi sorpresa fue grande al ver cómo frente a una misma propuesta pueden variar los aspectos a evaluar. Si bien tenemos puntos en común con mi compañero, hay otros que él ha incluido y yo no y viceversa. Tampoco coincidimos en la escala de valoración puesto que yo incluí una columna más. De aquellos puntos en los cuales sí coincidimos, pude ver que él consideró aspectos generales mientras que yo hice una distinción más detallada de los mismos.  Me gustó mucho la posibilidad que él toma de incluir la información nutricional de los platos incluidos en el menú.

Criterios de evaluación





Al momento de planificar mi evaluación intento que la misma refleje si los estudiantes comprenden los temas que fuimos trabajando durante las clases presenciales, en las cuales introduzco conceptos teóricos y muestro varios ejemplos. Los ejercicios que aparecen en mis evaluaciones son similares a algunos de los que los alumnos tienen en sus guías de trabajos prácticos, sobre las cuales ejercitan, reflexionan, consultan entre ellos y conmigo.
Al momento de corregir las evaluaciones, que siempre consisten en la resolución de ejercicios que tienen una única respuesta, evalúo la interpretación de la consigna, el planteo del problema, la utilización de las herramientas adecuadas para su resolución y la coherencia de la respuesta obtenida.
Siempre considero el desarrollo del ejercicio más allá de la respuesta final. Ante cada error, tengo en cuenta la característica del mismo, no es lo mismo para mí, un error conceptual que un error de cuentas por distracción; salvo que este error menor cambie la dificultad del ejercicio convirtiéndolo en otra actividad que no refleje lo que se quiso evaluar. Los estudiantes están al tanto de estas consideraciones puesto que se las comunico al iniciar la cursada y se las recuerdo al resolver ejercicios en el pizarrón.
Existen oportunidades en que luego de empezar a mirar algunos exámenes resueltos, me replanteo la calificación que he puesto hasta el momento y reviso las pruebas ya corregidas para unificar el criterio de corrección y cambiarlo, de parecerme más justo.
Si me encuentro frente a un examen que se posiciona muy al límite de la calificación requerida para su aprobación, reviso el examen en su totalidad tratando de obtener una idea global de los errores cometidos por el alumno y de los conceptos que puede manejar en su globalidad.

En todos los exámenes que corrijo, soy de aclarar el porqué de los errores cometidos, buscando contraejemplos y marcando las soluciones correctas. Reconozco que, más allá de evaluar contenidos propios de mis asignaturas, que son del área de Matemática, corrijo faltas de ortografía y redacción. No bajo puntaje por estos errores, pero sí me gusta plasmarlos por escrito para que la evaluación no sea un castigo para los alumnos, sino un elemento más del proceso de enseñanza-aprendizaje.

miércoles, 4 de junio de 2014

Sobre mis prácticas de evaluación

Coordino y dicto cursos para el Ciclo Básico Común de la Universidad de Buenos Aires.
Lamentablemente, por una decisión de cátedra y por contar con grupos muy numerosos y pocos docentes, la evaluación no es personalizada ni evalúa el proceso de aprendizaje, sino que chequea si los estudiantes son capaces de resolver una serie de ejercicios que involucran conceptos desarrollados durante la cursada y que se basan en ejemplos desarrollados en clase y similares a los que ellos resuelven en sus guías de trabajos prácticos.
Los exámenes son elaborados por los coordinadores de las materias. Cada uno de nosotros propone un modelo de examen y, después de una reunión en donde debatimos el criterio para lograr un nivel parejo de complejidad en todas las comisiones y las posibles trabas con las cuales los estudiantes se pueden encontrar a la hora de resolver los ejercicios propuestos, decidimos los exámenes que serán tomados. Tenemos dos instancias de exámenes parciales, una de recuperación y una de examen final. Además contamos con un régimen de promoción.
Las condiciones al momento de la evaluación no son las mejores porque los alumnos son muchos para las dimensiones del aula y los bancos muchas veces están rotos y son incómodos.
He trabajado en otras universidades, privadas y estatales, y las modalidades de evaluación no difieren demasiado de las expuestas.  

E: Me entusiasma ver aquellos exámenes que muestran que uno forma personas, además de profesionales. Cuando reconozco alguna manera de escribir o de redactar mía en un alumno me lleno de ternura.
P: Mi mayor preocupación es que los exámenes que tomamos no reflejen de manera fehaciente la comprensión del alumno de los contenidos desarrollados durante la cursada. Es decir, que resuelvan los ejercicios de manera mecánica sin comprender las ideas de fondo. Si bien corrijo siempre mirando el planteo y el desarrollo del problema más allá del resultado por sí mismo, muchas veces puedo intuir que los alumnos copian procedimientos sin razonarlos.
N: Necesito conocer más herramientas que permitan obtener una evaluación continua sobre el proceso de aprendizaje y que puedan ser aplicadas en el ámbito donde dicto mis clases.
S: Creo que tengo mucho por aprender y por revisar sobre mi práctica docente.


Acá les comparto una imagen: